El Grito de Edvard Munch
El Grito de Edvard Munch
[Esta es una pintura que muestra la cara de la angustia, del dolor, del terror, de la desesperanza. Como si todo fuera a perderse en el último segundo. Como si del cielo llovieran bombas y se hinchara la bóveda celeste de un color rojo espantoso.
Una pintura que enseña en lugar de un rostro, las vacías cuencas de los ojos. Una pintura que representa no una persona sino un grito.
Obra por muchos incomprendida porque en su época, esta pintura fue una reacción contra los modelos impuestos por el renacimiento, modelo característico de las anquilosadas academias de Bellas Artes de entonces. Todo porque la obra, no representaba la anatomía de las personas, sino los sentimientos y las emociones del autor, al punto que no le hacía falta representar la fisonomía o anatomía del cuerpo, sino una espectral figura con cuerpo serpenteante.
Un barandal recto sirviendo para evidenciar lo irregular de las nubes, del mar, de las personas. Y lo irregular en esta pintura es lo mismo que ve una persona pegando un grito. Todo distorsionado. Un grito desgarrador como una lluvia de balas, misiles, bombas que caen sobre mujeres, niños, humanidad. La humanidad entera desapareciendo en el infierno de la guerra. El grito de un impotente que ve la injusticia y no puede hacer nada. Ni siquiera pegar un grito. El grito de los que al fin y al cabo no tuvieron la oportunidad de gritar. Ese grito es una de las más célebres pinturas del mundo. Una de las más famosas del estilo expresionista del pintor noruego Edvard Munch, una obra que es la manifestación vehemente de un sentimiento general. La representación de quienes nos ponemos de pie para manifestarnos contra aquello que nlos oprime y nos quita dignidad.
Marcos Bauzá.
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[Esta es una pintura que muestra la cara de la angustia, del dolor, del terror, de la desesperanza. Como si todo fuera a perderse en el último segundo. Como si del cielo llovieran bombas y se hinchara la bóveda celeste de un color rojo espantoso.
Una pintura que enseña en lugar de un rostro, las vacías cuencas de los ojos. Una pintura que representa no una persona sino un grito.
Obra por muchos incomprendida porque en su época, esta pintura fue una reacción contra los modelos impuestos por el renacimiento, modelo característico de las anquilosadas academias de Bellas Artes de entonces. Todo porque la obra, no representaba la anatomía de las personas, sino los sentimientos y las emociones del autor, al punto que no le hacía falta representar la fisonomía o anatomía del cuerpo, sino una espectral figura con cuerpo serpenteante.
Un barandal recto sirviendo para evidenciar lo irregular de las nubes, del mar, de las personas. Y lo irregular en esta pintura es lo mismo que ve una persona pegando un grito. Todo distorsionado. Un grito desgarrador como una lluvia de balas, misiles, bombas que caen sobre mujeres, niños, humanidad. La humanidad entera desapareciendo en el infierno de la guerra. El grito de un impotente que ve la injusticia y no puede hacer nada. Ni siquiera pegar un grito. El grito de los que al fin y al cabo no tuvieron la oportunidad de gritar. Ese grito es una de las más célebres pinturas del mundo. Una de las más famosas del estilo expresionista del pintor noruego Edvard Munch, una obra que es la manifestación vehemente de un sentimiento general. La representación de quienes nos ponemos de pie para manifestarnos contra aquello que nlos oprime y nos quita dignidad.
Marcos Bauzá.
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