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3.2.06

No a las Papeleras! (Parte II)

En Prensa Obrera apreció una nota muy interesante donde se cuenta con lujo de detalles, como es costumbre por parte de esta vertiente socialista, los aspectos políticos sobre la colocación de las papeleras en el río Uruguay.

La instalación de las papeleras es fruto de un largo proceso. Con el auspicio del Banco Mundial se viene propiciando un cambio sustancial en la producción forestal uruguaya, que ha aumentado 14 veces.
Más de 450 establecimientos rurales han sido comprados por los dueños de Ence y Botnia, y la ahora inglesa Fanapel. La española Ence explota 50.000 hectáreas de monocultivo de eucaliptos en Fray Bentos. Hoy se sabe que las empresas forestales Colonvade y Los Piques (que compraron 95.000 hectáreas de tierras en Tacuarembó, Paysandú y Rivera) son personeras de la gran papelera norteamericana Weyerhaeuser.

Los efectos de la hiperforestación uruguaya se sienten desde 2004. Hubo un petitorio de centenares de chacareros denunciando los brutales impactos ecológicos negativos de las nuevas plantaciones realizadas por parte de Forestal Oriental que es una subsidiaria de la finlandesa Botnia. Seguir leyendo...

[Los turbios acuerdos políticos del Frente Amplio.
El propósito de las papeleras es la colocación de más de 1.500.000 toneladas anuales de celulosa en el mercado mundial . La construcción de las dos plantas es el último eslabón de esta cadena de destrucción del patrimonio. A pesar de que en Argentina y Uruguay hay enormes ventajas fiscales y otro tipo de prebendas, Botnia, antes de ingresar en Uruguay, fue mucho más lejos y el 21/03/2002 logró que entrara al parlamento uruguayo un texto donde condicionaba su presencia en el país a la aprobación de un tratado particular que verdaderamente era una humillación económica y política para Uruguay.

En ese tratado, Uruguay se compromete a compensar “cualquier tipo de daño causado por posibles contaminaciones” y además se compromete a que la zona del puerto de esas papeleras sea una “zona franca” lo cual convierte a Botnia en un verdadero Estado dentro del Estado, destruyéndo así el argumento del ingreso de divisas por la exportación.

Este tratado de “reciprocidad económica” (si claro!), entre Finlandia y Uruguay, atravesó velozmente los pasillos del parlamento uruguayo. El 15/10/03 fue aprobado por el Senado y el 4/5/04 se aprobó en la cámara de Diputados. La aprobación se hizo con el apoyo unánime de blancos y colorados y la oposición de los diputados del Frente Amplio (FA), que al llegar al poder revertiría su postura.

En el Frente Amplio, el tratamiento de las papeleras era motivo de intensa discusión interna pues ya sabían que esas empresas estaban quedándose con las tierras de medio Uruguay y que después vendría la instalación de las plantas. Por eso fue muy debatido si había un compromiso de Estado, o sea, si el Frente Amplio se comprometía a cumplir los acuerdos establecidos por los anteriores gobiernos.

Con este tipo de defensa y las garantías dadas al Banco Mundial, las papeleras comenzaron las obras. El Frente Amplio es una continuidad de la política de relaciones carnales con las empresas que vacían el patrimonio del pueblo uruguayo.

Los efectos de la contaminación ambiental.

La monstruosa producción de pasta de celulosa va a producir una inmensa contaminación ambiental en la zona costera de Río Negro, Colonia y Entre Ríos. Las plantas succionarán del Río Uruguay unos 70 millones de litros de agua diarios y devolverán 68 al río pero a una temperatura de 80 grados, con una carga contaminante que afectará la flora, la fauna y el turismo zonal. Amén de que las plantas quemarán casi 10 millones de metros cúbicos de gases, con su consecuente efecto invernadero y la llamada lluvia tóxica.

Eduardo Galeano y Las venas abiertas de América Latina.

Los intereses económicos que están en juego exceden largamente los emprendimientos turísticos , o la artesanal actividad que unos cientos de pescadores desarrollan para sobrevivir.

Como una ironía de la historia, fue un uruguayo el autor de un libro que se aplica perfectamente a la construcción de las papeleras de Fray Bentos. Eduardo Galeano denunció en Las venas abiertas de América Latina que la voracidad de las empresas imperialistas saqueaba las riquezas naturales de América y, una vez que terminaban de sacarle el jugo, abandonaban el país dejando una secuela de muerte, hambre y retraso.

La desaforada forestación y la contaminación ejercida por las plantas de celulosa dejarán exhaustas las tierras y costas uruguayas, como ya ocurrió en Pontevedra (España) y en Valdivia (Chile), en todos los casos sin ningún beneficio para los trabajadores. Galeano denunció en su libro uno por uno a los gobiernos que fueron cómplices de esta monumental entrega.
El gobierno del Frente Amplio utiliza los mismos viejos y remanidos argumentos de todos los gobiernos que cedieron el patrimonio uruguayo aludiendo falsas promesas de generación de empleo y entrada de divisas.

Kirchner, Busti y las papeleras.

El Paraná se transformará en una verdadera cloaca con once papeleras arrojando los efluentes de 750.000 toneladas de fabricación de pasta de celulosa, y más de 50 fábricas de empresarios inescrupulosos de los cordones industriales de Zárate, Campana, Villa Constitución y San Lorenzo que vienen contaminando desde hace 40 años el río, con la nula intervención del gobierno argentino. El gobernador Busti es un caradura que permite actuar impunemente a una papelera que figura entre las más contaminadoras del Paraná, que además tiene trabajando a sus empelados en condiciones infrahumanas.

Pero la escandalosa demagogia del gobierno de Kirchner va encontrando su límite y se va a transformar en un búmeran. Los piquetes en los puentes de Entre Ríos ya constituyen un gran problema para el gobierno argentino. El gobierno de Kirchner observa con preocupación a los sectores medios que acuden al piquete como recurso frente al avance de las obras.

El “No a las papeleras” va arrojando luz sobre los actos del gobierno uruguayo y el argentino, sobre la situación de las papeleras argentinas que van a ser absorbidas o quebradas cuando se inicie la monstruosa producción de la Ence y la Botnia en un lugar mucho más accesible al mercado mundial que otros puertos. En poco tiempo, varias papeleras argentinas pasarán a manos de estos grupos internacionales, que explotarán y contaminarán indiscriminadamente tanto en Argentina como en Uruguay.
El “No a las papeleras” debe ser una lucha común de argentinos y uruguayos y una denuncia común a nuestros gobiernos que deben atender a los auténticos reclamos de su pueblo.

Nota editada de Prensa Obrera por Marcos Bauzá]

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