El lenguaje y la comunicación.
El tema del lenguaje es algo que da para un largo debate.
En particular me parece importante señalar la importancia de las palabras
como forma de comunicación. Considero que la utilización cotidiana que hacemos
de las mismas ayuda a mantener vivo el idioma.
La sociedad se va construyendo con los aportes de cada uno de sus integrantes y
de sus conjuntos, por ello creo que es importante revalorizar todo lo que cada
grupo aporta al espacio mayor que conformamos todos.
Sin ir más lejos puede vislumbrarse una revolución en materia idiomática debido a la utilización cada vez más usual del lenguaje SMS (Short Messages Standard) lo cual ha modificado la forma tradicional de comunicación. Esto es debido a los procesos de nuestro tiempo como consecuencia de la utilización masiva de las nuevas tecnologías relacionadas con el servicio de envío de mensajes de texto, los foros y las salas de chat.
En la Wikipedia podemos encontrar algunas referencias sobre la utilización de este tipo de lenguaje. La limitación del tamaño de los mensajes, la reducida interfaz de los móviles y el propio lenguaje de los chats han contribuido a que los usuarios del servicio SMS hayan desarrollado un uso intensivo de abreviaturas (como tq o tk en lugar de te quiero). Esta economía de caracteres también supone la sustitución de determinados sonidos por números (to2 por todos) y la omisión de vocales (qdms a ls 8 por quedamos a las 8). Es claro que la función principal de este lenguaje reside en decir lo máximo en el mínimo espacio posible.
Existen tantas variantes en el lenguaje SMS como usuarios, puesto que no existe una norma escrita que diga cómo y cuánto abreviar cada palabra. Sin embargo el uso habitual da lugar a ciertas regularidades entre cada uno de los diferentes grupos de usuarios, en el que los jóvenes conforman el principal grupo ya que dedican mucho tiempo a este tipo de comunicación.
Los SMS constituyen un fenómeno social de nuestros días cuyas consecuencias trascienden el ámbito de la comunicación del que han surgido para repercutir de forma imprevisible en distintos aspectos de la educación.
Si cada generación de jóvenes se ha caracterizado por su rechazo a las normas preestablecidas adoptando formas y costumbres que la diferencien de la anterior, la juventud actual ha encontrado en los SMS su signo de identidad y la víctima inocente de dicha rebeldía no es otra que la ortografía. Seguí leyendo
[La sumisión a las reglas ortográficas que tantas dificultades genera en la población estudiantil, resultará mucho más costosa para una juventud acostumbrada a la libertad, tolerancia y simplicidad que se disfruta en los círculos de chateo y mensajería móvil. También es posible que estos hábitos de escritura puedan generar y consolidar errores ortográficos muy difíciles de erradicar.
Incluso hasta se puede afirmar que el estilo de lectura puede ser afectado.
Un mail que circuló por algunos lugares afirmaba:
Sgeun un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el odren en que las ltears etsan ersciats, la uicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la útlima ltera etsen ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden etsar ttalolmntee mal y aun pordas lerelo sin pobrleams. Etso es pquore no lemeos cdaa ltera por si msima pquore la paalbra es un tdoo.
Personamelnte me preace icrneilbe.
Esto demuestra que la práctica lectora desarrolla mecanismos intelectuales que permiten comprender el significado de las palabras presentes en cada instante en nuestro campo visual sin necesidad de deletrearlas, por lo cual no importa que algunas de sus letras estén traslocadas si no deforman extremadamente su aspecto.
Es posible que en el futuro existan dos formas léxicas para un mismo vocablo y tal vez ello modifique sustancialmente el campo educativo y otras áreas de la comunicación humana, sólo es cuestión de tiempo.
Una amiga me preguntó si conocía el significado de la frase ¡Qué flash!, la cual los jóvenes pronunciamos continuamente en las conversaciones de todos los días junto con otras manifestaciones características del grupo etáreo, en cierta manera me mostré sorprendido por el interrogante hasta que caí en cuenta que dentro de la sociedad aún existen grupos de personas o individuos que se resisten a adoptar el uso de nuevos términos que se van masificando, en parte debido a una negación a aceptar la utilización de esos términos que erróneamente son considerados vulgares o inapropiados por no figurar en el diccionario.
Lo cierto es que el lenguaje es una construcción social que caracteriza a un grupo determinado, el cual puede verse afectado por los continuos intercambios sociales entre las comunidades y por modificaciones en la vida social del grupo.
Cada grupo genera sus propios códigos en virtud de sus necesidades de comunicación y eso es una riqueza inconmensurable que me alienta a decir: el idioma que hablamos podrá sufrir modificaciones en el tiempo pero de ninguna manera se perderá.
Marcos Bauzá.
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