Los jóvenes y la participación social.
Me tomo la libertad de linkear esta nota del diario conservador "La Nación" http://www.lanacion.com.ar/cultura/nota.asp?nota_id=724110&origen=premium, en la cual no se hace otra cosa que aseverar lo que ya conocemos respecto del desinterés generado por treinta años de vaciamiento de las instituciones políticas en Argentina y la acumulación creciente de poder en cada vez menos manos, que hicieron (y siguen haciendo) mal uso de los recursos del estado.
Sin embargo, y paradojicamente opuesto a los intentos de las poderosas estructuras y sus lacayos, se vislumbra una luz en el mediano plazo. Se detecta en los jóvenes un interés creciente por las cuestiones públicas, que choca con su mirada negativa sobre las estructuras políticas tradicionales y termina muchas veces canalizado en ONGs y trabajo voluntario, o en estructuras políticas nuevas.
Los jóvenes son un grupo social que puede contruir signos y símbolos con contenidos propios además de poseer una visión particular del mundo lo que me permite reafirmar una de las características de la juventud que es su capacidad creativa. Esa capacidad y su sensibilidad son entre otras las virtudes de los jóvenes, que al ser desarrolladas y puestas a disposición de una organización pueden habilitar a la transformación del medio social, y en el proceso decantar en personas conscientes y útiles a la sociedad.
Esto último me parece muy interesante ya que debemos aprovechar lo mejor que tiene esta generación para dar:
Su sensibilidad hacia las cuestiones sociales, su necesidad de transformar la asfixiante realidad que les toca vivir en algo trascendental y superador de la violencia existente.
Creo que es importante el trabajo realizado por los humanistas en este sentido, que sirve para darle a las nuevas generaciones herramientas transformadoras, tanto en el ámbito político y social como en lo personal.
Esta es una generación que se siente desprotegida por el sistema, que no se banca la inacción y tiene ganas de hacerse su propio lugar. Es una generación que se ve reflejada en cada joven que no tiene posibilidades de futuro, en cada joven que tiene dificultades para estudiar o acceder a la educación, en cada persona que no puede ingresar al mundo laboral, y en cada ser humano que no se alimenta como corresponde. Es inevitable, se nota que no es una generación que ha vivido bajo el yugo de las dictaduras. Es una generación que no tiene miedo a cambiar el modelo y romper con las viejas estructuras.
Es una generación que necesita más que nunca herramientas para acelerar el proceso de transformación de esta sociedad viciada, y a los humanistas nos corresponde ayudar para que así sea.
Sigamos ayudando a abrir el FUTURO!!!
Marcos Bauzá.
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